Inicio + 12 años La batalla por Skandia y El hechicero del norte

La batalla por Skandia y El hechicero del norte

La batalla por Skandia y El hechicero del norte, de John Flanagan, son dos libros amenos que continúan la historia iniciada con Las ruinas de Gorlan, El puente en llamas y La tierra del hielo y que tienen iguales rasgos, defectos y cualidades que los que ya decía cuando los comenté.

La batalla por Skandia termina el argumento iniciado en las tres primeras novelas. Primero, en capítulos alternos, por un lado sigue la recuperación de Will, cuidado por Evanlyn, que se interrumpe cuando a Evelyn la capturan y Will ha de salir en su busca; y por otro sigue la entrada de Halt y Horace en Skandia. Cuando se encuentran y reúnen, pactan con los escandianos una estrategia para rechazar la inminente invasión del ejército temujai, de los pueblos de las estepas.

El hechicero del norte, aunque sea un libro más de la serie Aprendiz de Guardián, comienza cuando Will ya no es un aprendiz sino un Guardián, y es enviado a un territorio del norte, donde resuelve con gran habilidad una invasión de escandianos que actuaban por libre. Luego lo mandan a otro territorio pero no va con la autoridad que le otorgaría presentarse como Guardián sino que acude disfrazado de juglar para investigar unos rumores de hechicería. El libro no termina: las aventuras de Will y su joven compañera Alyss —que termina prisionera en una torre como una nueva Rapunzel— continuarán, no sé por cuántos libros más.

El narrador va dando las explicaciones necesarias para recordar las cosas que ocurrieron en libros anteriores o para dejar claro que la misión que tienen los guardianes es la de ser representantes del poder central del rey frente a los intereses particulares de los barones o señores de cada territorio. También se van explicando con calma, según van sucediendo las cosas, las habilidades particulares de los guardianes: su facilidad para el camuflaje y para moverse sin ser vistos, su destreza en el tiro con arco y en el manejo de las armas, su gran trato con los animales, sus dotes para la observación y para la negociación.

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