Zita

Zita, la viajera espacial, Zita, la leyenda y Zita, el regreso, del norteamericano Ben Hatke, componen una historia con un argumento semejante al de El mago de Oz: niña que acaba siendo arrastrada lejos de su casa y, en compañía de unos tipos de lo más singular, debe buscar la forma de volver. También se pueden ver en el relato ecos de las criaturas y ambientes del cineasta japonés Hazuo Miyazaki. Otras referencias son que el primer volumen tiene una cita inicial de Chesterton con la frase famosa de que hay dos formas de llegar a casa: una permanecer allí y otra dar la vuelta al mundo hasta regresar al mismo lugar. En el segundo la cita inicial es de Hilaire Belloc en su libro El camino a Roma: «El primer paso se da con una ligereza agradable, con el alma en el cielo; es el paso quinientos el que cuenta».

Zita acude al rescate de su mejor amigo cuando es abducido por unos extraterrestres y termina en un planeta raro y rodeada de seres curiosísimos —humanos, robots, un ratón gigante (que es un grandísimo personaje)…—. Allí tiene que acabar actuando como una superheroína pero, a pesar de todo lo que consigue, en el primer volumen no logra regresar. En el segundo todo empieza cuando Zita es famosa en todo el universo por sus hazañas en el relato previo y un robot la suplanta; luego, los embajadores de Nueva Lumponia —unos seres de cabezas esféricas, gorros cilíndricos y largas pelambreras—, acuden a ella para que los libre de una futura invasión de Estrellas Corazón y le ofrecen una forma de regresar a su casa. En el tercero, la heroína ya consigue regresar a la tierra, no sin antes escaparse de prisión, derrotar al malvado y frustrar sus planes.

Zita está bien perfilada —no pierde nunca su aire ingenuo, no tiene poderes especiales pero es amable, lista, resuelta y transmite seguridad a sus amigos—, los personajes son graciosos y cada uno tiene su punto débil y su habilidad propia, la colorida narración gráfica se sigue bien y los diálogos están bien armados. La historia es imaginativa y tiene gancho pero ha de leerse por orden pues en las entregas segunda y tercera reaparecen personajes y todo se desenvuelve de forma comprensible sólo para quienes ya estén familiarizados con lo sucedido en el pasado. También es importante saber moverse imaginativamente dentro de los escenarios interestelares tan curiosos del relato y no menos estar habituados al grafismo tan dinámico de esta clase de cómics. El desenlace sugiere que habrá más historias de Zita. Al final del libro, el autor explica el origen de su personaje, que inventó para impresionar a su novia (y futura esposa), y deja constancia de los primeros esbozos que hizo de Zita.

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