Yakari

Una de las grandes series de cómics infantiles de la historia es la protagonizada por Yakari, un personaje creado por los suizos Job, firma de André Jobin (1927-) y Derib, firma de Claude de Ribaupierre (1944-). En su momento fue publicado en España por la editorial Juventud y, en los últimos años, la editorial Norma viene publicando sus aventuras en volúmenes que contienen, cada uno, dos historias.

Yakari es un pequeño indio sioux que juega con los chicos de su edad e intenta conocer el mundo de los adultos. Quiere crecer y ser un gran cazador, escucha mitos y leyendas de su tribu, imagina unas aventuras y vive otras. Una de sus particularidades es que puede hablar con los animales, por lo que a lo largo de los álbumes crece su papel como «gran reconciliador» de los hombres de su tribu con la naturaleza, y de los animales entre sí. Para las ocasiones difíciles cuenta con su tótem o animal protector: un águila blanca, Gran Águila. En el primer álbum se cuenta cómo Yakari pide a Hijo del Trueno, un hermoso caballo, ser su amigo; Hijo del Trueno accede a que Yakari le monte, con la condición de que no le ponga cuerda en la boca: «Me gusta la libertad», le dice; y cuando otros caballos reprochan a Hijo del Trueno que se deje montar por Yakari, el caballo explica: «Aún no saben lo que es la amistad».

Excepto Yakari y Nanabozo, y otros álbumes en los que aparece ese personaje, que tiene una componente onírico-mágica particular, el guión de las demás aventuras de Yakari es sencillo. El número de personajes es pequeño y no intervienen más que en algunos álbumes: una niña, Arco Iris, y otro niño de la misma edad, Semilla de Bisonte, animales como los castores Milgritos (Mil Bocas en la edición de Norma), Tilito (Tilo) o Diente Doble (Doble Diente). Las historias están bien narradas e inciden en mensajes claros y positivos: de amistad, de generosidad, de tenacidad, de tolerancia y, sobre todo, de amor a la naturaleza. En cada una, los autores se dedican a un animal concreto de la fauna americana, siempre más grande que Yakari. Son narraciones gráficamente bien contadas, que recurren frecuentemente a grandes panorámicas muy vistosas.

Los relatos son más o menos realistas: entre los indios del poblado de Yakari los hay que no se comportan bien, por locura o por maldad, como Lobo atormentado, en Yakari en el país de los lobos; y, aunque a veces los animales actúan de modo juguetón y cómico, y muy inteligente en el caso de Hijo del Trueno, la mayoría de las ocasiones se comportan como cabría esperar, sean castores, osos, lobos, coyotes, bisontes… Además, por supuesto que los animales comen animales: en Yakari y el extranjero, que es un pelícano que aparece desorientado y enfermo entre los castores, lo alimentan de peces entre todos a base de bien. Y, naturalmente, cuando se trata de métodos educativos de los pequeños, entre ellos están bien vistos los sistemas más tradicionales y probados: en Yakari y los castores, Mil Bocas da una notable azotaina en público al pequeño Tilo por una gran travesura y nadie alrededor pestañea.

Los primeros títulos de la colección son: Yakari y Gran Águila (Yakari et Grand Aigle, 1977), Yakari y el bisonte blanco (Yakari et le bison blanc, 1977), Yakari y los castores (Yakari chez les castors, 1977), Yakari y Nanabozo (Yakari et Nanabozo, 1978), Yakari y Grizzly (Yakari et le Grizzly, 1979), Yakari y el secreto del Hijo del Trueno (Yakari et le secret de Petit Tonnerre, 1980), Yakari y el extranjero (Yakari et l´étranger, 1981), Yakari en el país de los lobos (Yakari au pays des loups, 1983), Atrapados en la isla (Yakari et les prisonniers de l´île, 1983)… Indico en su lugar sólo los datos sólo del volumen primero; el 19, de los 20 que componen la colección, se acaba de publicar en España el año 2019.

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