Inicio + 09 años El diario de las cajas de fósforos

El diario de las cajas de fósforos

El diario de las cajas de fósforos, del ilustrador ruso Bagram Ibatoulline y el escritor norteamericano Paul Fleischman (1952-), es uno de esos álbumes de recuerdos de adulto y de relaciones de un niño con sus abuelos (como Mejillas rojas) que resultan fascinantes: porque la historia es buena y porque las ilustraciones, de un hiperrealismo que asusta sólo de pensar en el trabajo que llevan, tienen mucho encanto.

Un bisabuelo cuenta cosas del pasado a su bisnieta cuando ella abre una caja que, a su vez, contiene muchas cajas de cerillas. Cada una contiene un objeto que recuerda un episodio de la vida del narrador. Un hueso de aceituna de cuando era un niño muy pobre y vivía en Italia; semillas de girasol que representan los días del viaje en barco que hizo, con sus hermanas y su madre, hasta los Estados Unidos, donde los esperaba su padre; el ticket de entrada al primer partido de béisbol al que fue con su padre… Y más objetos de sus primeros trabajos, en fábricas siendo niño, como impresor siendo joven, como librero después…

Una parte de las ilustraciones, las que presentan algo del pasado, son como antiguas fotografías en sepia. Otras, las del presente, son detallistas y a todo color: unas muestran al bisabuelo y su bisnieta, y otras lo que ven ellos en ese momento. La narración está bien llevada y deja el poso que, seguramente, los autores buscaban: de nostalgia pero de satisfacción por una vida completa; de que hay objetos sin valor objetivo pero con una enorme carga significativa para quien vivió los acontecimientos que recuerdan.

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