Noche de tormenta, de la canadiense Michelle Lemieux (1955-), es un extenso y rico álbum que plantea todo el repertorio de interrogantes e inquietudes posibles de adolescentes y jóvenes, desde los más personales a los más cósmicos.
En una noche de tormenta en la que no puede conciliar el sueño, una chica llamada Sofía se hace toda clase de preguntas: quién soy, cómo soy, si hay vida en otros planetas, de dónde vengo, a dónde voy… La narración termina cuando, al preguntarse qué pasará después de la muerte y ponderar varias posibilidades que la inquietan, se dice que «si viviera eternamente» y pudiera comprender las cosas, «¡eso sería estupendo!», y entonces se duerme tranquila.
Ilustradora meticulosa y versátil, Lemieux ha publicado álbumes con diferentes estilos y técnicas pictóricas buscando los más apropiados al tema que aborda. Este rico álbum está estructurado en bloques que se inician con una escena exterior de tormenta, que ocupa la doble página, sigue con una pregunta que va en la página izquierda y un dibujo de Sofía meditándola en su cama o en su habitación que figura en la derecha, y continúa luego con varias dobles páginas más donde hay respuestas posibles a esa pregunta también en la página izquierda e ilustraciones en la derecha. Éstas son, por un lado, dibujos de línea, muy económicos pero expresivos y eficaces, para mostrar a Sofía preguntándose cosas; y, por otro, dibujos con distintas influencias y frecuentes cambios de registro —collages, tampones, grabados…— para mostrar las respuestas o pensamientos que se le ocurren. Cualquier lector podrá reflexionar por su cuenta, o llevar a los jóvenes a que lo hagan, tomando como punto de partida las preguntas que se formulan. La autora no intenta ofrecer respuestas concluyentes sino «quizás» de muy distinta clase.
