Jumanji

Antes de ser una famosa película, Jumanji fue el segundo álbum que publicó el norteamericano Chris Van Allsburg (1949-), uno de los autores de libros ilustrados más imaginativos y sorprendentes de las últimas décadas.

Judy y Peter, solos en casa, se aburren. Salen al parque y encuentran un juego desconocido de nombre Jumanji, «un juego de aventuras en la selva». Averiguan que todo consiste en ir recorriendo un camino de cuadros de colores que comienza en una selva espesa y termina en Jumanji, «una ciudad de edificios y torres dorados». Las cosas se complican cuando, una vez que han empezado, se dan cuenta de que no pueden dejarlo hasta terminar: «Estampida de rinocerontes, retroceda dos espacios», y los rinos irrumpen en la sala de estar; «una boa se metió en el campamento, retroceda un espacio», y la boa se presenta detrás de ellos…

Van Allsburg reproduce con precisión fotográfica los objetos, juega magistralmente con las luces y las sombras, y emplea perspectivas insólitas: nunca enfoca las cosas desde la mirada de los personajes, busca visiones subjetivas, utiliza picados y contrapicados forzados pero eficaces, y consigue involucrar al lector en su juego de borrar los límites entre la realidad y la fantasía para llevarle más allá de lo visible. En Jumanji el autor carga el peso en la potencia de las imágenes y opta por la sencillez en la composición de texto y por extraordinarias ilustraciones a lápiz y carboncillo, técnica que usó por ser la que habitualmente manejaba para los bocetos de su trabajo como escultor.

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